En un momento de creciente toma de conciencia sobre los desafíos económicos que enfrentan los países subdesarrollados, se llegó a la idea que el sector privado suizo podría contribuir al desarrollo económico de África, Asia y América Latina. Con este objetivo en mente, en 1959, se fundó la “Fundación Suiza para la Cooperación Técnica” en Zúrich. Desde ese mismo año, la Fundación (que luego fue renombrada como Swisscontact en 1971) participó en la creación de centros educativos en India, Pakistán y otros países; estos centros fueron una especie de “tarjeta de visita suiza”. Al mismo tiempo que se brindaba cooperación técnica, estos proyectos también facilitaron el posicionamiento de empresas suizas en estos futuros mercados de exportación.
En un esfuerzo por promover la industrialización y el crecimiento económico, el trabajo de la Fundación se centró en el desarrollo de habilidades. En 1962 se inauguró nuestra primera escuela vocacional en Chandigarh, India. 36 personas fueron capacitadas en el taller de ingeniería, que fue diseñado de acuerdo con el modelo suizo. Un año más tarde, se abrió una escuela de capacitación agrícola, financiada por Swisscontact, en Sékou, Dahomey (ahora Benín). Desde un inició, Swisscontact se aseguró que los países socios participaran en las escuelas de formación profesional, ya sea proporcionando terrenos o edicicios para los centros, por ejemplo.
En poco tiempo, se inauguraron más escuelas vocacionales con el apoyo de Swisscontact, en Asia, África y América Latina. Para 1979, había 16 escuelas vocacionales en India, Sri Lanka, Pakistán, Indonesia, Brasil, Perú, Ecuador, Costa Rica, Benín, Túnez y Tanzania. En esos centros se capacitaron a los fabricantes de herramientas, mecánicos de precisión y mantenimiento, técnicos de refrigeración y técnicos de maquinaria agrícola. Con el fin de optimizar la inversión, también se capacitaron a los instructores, quienes luego impartieron y replicaron sus conocimientos a muchos jóvenes más.
A lo largo de la década de los 70, el desarrollo de habilidades siguió siendo el enfoque del trabajo de Swisscontact. Indonesia es un buen ejemplo de esto; en 1979, el Ministerio de Educación de Indonesia le encargó a Swisscontact que ayudara a construir seis escuelas técnicas con capacidad para 5,000 alumnos, así como un centro de entrenamiento. Las semillas de esta asociación se habían sembrado cinco años antes, cuando inauguramos una escuela de capacitación para mecánicos en Bandung.
Desde 1979 Swisscontact ha ofrecido oportunidades adicionales para compartir conocimientos técnicos por medio de sus Servicios de Expertos Jubilados (el Senior Expert Contact (SEC), por sus siglas en inglés). Nuestro primer experto jubilado, ex director de un spa en St. Moritz, desarrolló un nuevo concepto de turismo en Lesoto. Desde entonces, cada año, más de cien profesionales retirados suizos comparten sus conocimientos, fungiendo como voluntarios en proyectos de corto plazo. La transferencia de conocimientos se da en más de 100 ramas de la industria.
En la década de 1980, existía la convicción que el crecimiento económico en los países subdesarrollados era un requisito necesario para lograr satisfacer sus necesidades humanas básicas. Swisscontact respondió ofreciendo más cursos de capacitación diseñados para integrar a las poblaciones desfavorecidas en el mercado laboral. La educación vocacional se volvió más flexible, brindando programas de capacitación que podían ser ajustados según a las necesidades del sector privado. También se introdujeron centros de capacitación móviles.
Nuestro primer proyecto de desarrollo empresarial se lanzó en Costa Rica en 1981. El enfoque era formar mecánicos de maquinaria agrícola que no solo recibieran educación técnica, sino que también adquirieran conocimientos en gestión empresarial. Además, Swisscontact apoyó a estas pequeñas empresas para organizarse en grupos de interés y que desarrollaran nuevas formas de compartir maquinaria y equipos. La promoción de las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) se convirtió en una de las principales actividades de Swisscontact, desde Perú hasta Indonesia.
La falta de acceso a los servicios financieros debilita enormemente la iniciativa empresarial. Por ello, Swisscontact está ayudando a crear un modelo para cooperativas de negocios. Desde la década de los 90, la introducción del ahorro y microcrédito ha cobrado mayor importancia. El primer proyecto de microfinanzas puras se lanzó en 1995 en Ecuador, donde Swisscontact apoyó el desarrollo de cooperativas de ahorro y crédito, asegurándose que las necesidades de todos los miembros en las áreas rurales fueran satisfechas. Hoy en día, más de la mitad de los proyectos de Swisscontact incluyen un componente de servicios financieros.
La promoción de las PYMEs por parte de Swisscontact se ha venido profesionalizando continuamente. En 1996 se establecieron centros de consultoría con fines de lucro en Ecuador y Perú. La innovación en este sentido fue que estos centros pudieran ganar el dinero necesario como para dirigir sus propios negocios.
La Conferencia de Río en 1992 resaltó el concepto de que los problemas ambientales y los problemas sociales están inextricablemente vinculados. En respuesta, Swisscontact comenzó a implementar proyectos de conservación ambiental.
En 1993, implementamos un programa de aire limpio en Costa Rica, el primero proyecto en América Latina cuyo objetivo fue el de mejorar la calidad del aire. El concepto “Aire Puro” se centró en la introducción de leyes y controles de gasolina y emisiones sin plomo, como ya se había hecho en Suiza mucho antes. Los mecánicos automotrices recibieron capacitación sobre cómo afinar los motores para minimizar las emisiones tóxicas y, con estas pruebas de emisiones, los talleres automotrices tuvieron una nueva oportunidad comercial. Por lo tanto, la protección del medio ambiente y el desarrollo del sector privado trabajaron juntos para beneficio mutuo. Proyectos similares también se establecieron en Bolivia, Perú, Indonesia y Vietnam.
En 1994, Swisscontact apoyó el desarrollo de un taller de capacitación para mecánicos automotrices en Durres, Albania. Este fue el primer proyecto de Swisscontact en Europa oriental postcomunista y nos brindó la oportunidad de ayudar a reformar todo el sistema de educación profesional de Albania. Desde entonces, Swisscontact ha implementado numerosos proyectos que vinculan la formación y capacitación profesional práctica con programas de integración en el mercado laboral.
Millones de personas en Bangladesh son excluidas del desarrollo económico. El Proyecto Katalyst, implementado por Swisscontact, cambió esta situación para muchos. Desde su lanzamiento en 2002, se han implementado numerosas iniciativas para desarrollar mercados de tal manera que se asegure que los pequeños agricultores también sean beneficiados.
Con este proyecto, Swisscontact ha ayudado a difundir el enfoque de “mercados inclusivos” de forma considerable. Este enfoque implica influir en los sistemas de mercado para garantizar que las poblaciones desfavorecidas puedan acceder a mejores productos, servicios, oportunidades comerciales y empleos. En la actualidad, Swisscontact aplica este enfoque en todas sus intervenciones.
Katalyst es el proyecto más grande en la historia de Swisscontact. Al finalizar el proyecto en 2018, gracias al apoyo de agencias de desarrollo del Reino Unido, Suiza, Dinamarca, Suecia, Canadá y los Países Bajos, se invirtieron más de US $ 100 millones para mejorar, de forma sostenible, las condiciones básicas de vida de 4.7 millones de pequeños agricultores y PYMEs en Bangladesh. Esto ha significado un incremento de US $ 700 millones en ingresos netos.
El objetivo de la sostenibilidad, definido como la interdependencia del desarrollo económico, social y ambiental, define todos los aspectos del trabajo de Swisscontact. El desarrollo de habilidades ha sido el objetivo principal desde el principio y sigue siendo un tema importante, así mismo el desarrollo de las PYMEs también sigue desempeñando un papel importante. En 2003, Swisscontact comenzó a apoyar bancos comerciales en el este de África para desarrollar nuevos y mejores productos financieros. Los bancos locales lograron ampliar su alcance a clientes de bajos ingresos, principalmente a través de una buena infraestructura. Después del devastador tsunami del 2005, Swisscontact se involucró en la reconstrucción de la economía de Sri Lanka e Indonesia. En Indonesia, la asistencia de emergencia se convirtió en una cooperación de desarrollo a largo plazo; el apoyo a las empresas textiles que perdieron toda su infraestructura en el tsunami se extendió más allá de la reconstrucción y ahora se enfocan en mejorar su competitividad.
Swisscontact sigue trabajando activamente en asuntos ambientales. Para enfrentar la urbanización continua, nos hemos centrado en asesorar a las agencias estatales sobre la planificación urbana sostenible. Desde 2009, hemos estado trabajando en la separación y el reciclaje de los residuos domésticos en Bolivia, donde la participación de los vecindarios locales es clave. En numerosos países sudamericanos, estamos mejorando la eficiencia energética en ciudades latinoamericanas, que ha sido un tema importante desde 2018.
Desde 2013 en Kakuma, Kenia, Swisscontact se ha centrado en mejorar las habilidades básicas de los jóvenes que viven o están alrededor del campo de refugiados más grande de África. Ayudar a estas personas que viven en un entorno tan frágil a integrarse en el mercado laboral local, presenta un desafío muy especial para nuestro personal y para las organizaciones que trabajan con nosotros.
Perú es particularmente importante para Swisscontact. En 2016, alcanzamos un hito importante: cumplimos 50 años trabajando en proyectos. Durante este período Perú pasó de ser un país en vías de desarrollo a una economía en crecimiento. En 1966, comenzamos a capacitar a ingenieros mecánicos. Con el crecimiento económico que se produjo más tarde, los desafíos cambiaron y ahora se trata de incluir a las poblaciones rurales, que en gran medida se habían quedado fuera de la ecuación de desarrollo durante la etapa de crecimiento. Esto se está logrando a través del desarrollo de sectores como el de turismo sostenible.
Nuestro trabajo en programas globales que se implementan simultáneamente en muchos países del mundo, tiene una importancia cada vez mayor para Swisscontact. En estos proyectos, nuestro papel sigue siendo principalmente el de facilitador. No distribuimos fondos directamente; más bien tratamos de incorporar a los actores del mercado local y asegurarnos que ellos sean los principales impulsores del proyecto. De esta forma aseguramos que las actividades del proyecto continuarán aún cuando Swisscontact ya no esté presente.
Desde 2016, Swisscontact ha estado a cargo del Programa Suizo de Iniciativa Empresarial, que promueve el asesoramiento y la coordinación entre empresas locales que están arrancando (start-ups). Esta iniciativa se está implementando en Albania, Bosnia y Herzegovina, Macedonia, Serbia, Perú y Vietnam. El programa no funciona directamente con las empresas que están arrancando, sino que ayuda a las organizaciones locales de apoyo empresarial para que puedan brindar asistencia a estas empresas y desarrollar sus servicios profesionales. El programa incluye incubadoras y aceleradores que ayudan a los emprendedores con el desarrollo de habilidades, establecimiento de redes e infraestructura, mientras consolidan sus empresas. El programa también vincula a los empresarios con inversionistas interesados o inversores angelicales.
En 2017, Swisscontact asumió la implementación del Programa Suizo de Promoción de Importaciones (SIPPO por sus siglas en inglés), cuyo objetivo es fortalecer las estructuras de exportación en los países donde trabajamos, con el fin de aumentar sus ingresos en el rubro de las exportaciones. En representación de la Secretaría de Estado para Asuntos Económicos de Suiza (SECO), Swisscontact apoya a las organizaciones de promoción de exportaciones y asociaciones sectoriales en 11 países con el fin de mejorar los servicios que ofrecen a sus compañías miembros. De esta manera, las empresas miembros tendrán mayor éxito exportando o importando con la Unión Europea. SIPPO se enfoca en cuatro países de los Balcanes Occidentales y, además, en Perú, Colombia, Sudáfrica, Indonesia, Vietnam, Túnez y Marruecos.