En los próximos años, se pronostica que aumente el uso de ingredientes de origen ecológico en las fórmulas de los productos de cosmética, tendiendo cada vez más a dejar de lado las fragancias sintéticas, conservantes, parabenos, productos petroquímicos o limpiadores agresivos, como el lauril sulfato sódico que es comúnmente usado en la fabricación de jabones.
Un estudio de la consultora Grand View Research que prevé un crecimiento anual del mercado de los productos ecológicos de cuidado personal constante del 9,1%.
Esta creciente demanda puede atribuirse a varios factores: las preferencias de los consumidores por productos sostenibles y ecológicos, unido a una mayor disponibilidad en tiendas minoristas y plataformas en línea, que han contribuido al notable progreso del sector; mucho de ello impulsado por la pandemia del Covid-19. Esto representa un interesante nicho para empresas especializadas ya que a medida que las personas se esfuerzan por llevar adelante un estilo de vida más natural y saludable, recurren también a los cosméticos naturales y ecológicos con más entusiasmo que nunca.
Mayores oportunidades para el sector de la cosmética natural y ecológica que impulsa a las empresas a reinventarse y mostrar cada vez más sus cualidades únicas; unido a una preponderancia de la conservación de la biodiversidad.
En la cosmética ecológica, “se utilizan materias primas provenientes de fuentes naturales de forma sostenible, disminuyendo al máximo el uso de ingredientes de origen químico o sintético, siendo más amigables con el planeta y la salud de las personas, ya que por un lado los ingredientes naturales son biodegradables y por otro tienen propiedades medicinales y cosméticas”, explica Carlos Augusto Ospina Especialista en Ingredientes Naturales de Swisscontact para el programa Colombia más Competitiva (C+C), iniciativa del gobierno suizo.
Las posibilidades de la industria son amplias explica Carlos: “Es importante destacar que, en la cosmética natural, encontramos una gran variedad, por ejemplo, la cosmética eco o bio, donde los ingredientes de los productos provienen de agricultura orgánica o producción animal sostenible. La cosmética vegetariana que no contiene ingredientes de origen animal, pero puede incluir ingredientes derivados de animales como leche o miel a diferencia de la cosmética vegana que no contiene ningún ingrediente de origen animal.”
Por ejemplo, desde C+C, poyamos a empresas colombianas que están desarrollando y comercializando ingredientes naturales más sostenibles como el colorante azul de la Jagua, un árbol pequeño llamado “Genipa americana” el cual tiene aplicaciones en industria cosmética, de alimentos y textil, entre otros. La Jagua, de donde se obtiene el colorante azul es cultivada por productores que además reciben Pagos por Servicios Ambientales (PSA) conservando así áreas de bosque en sus predios e implementan procesos de agricultura regenerativa y producción orgánica.
Cada vez más hay una tendencia por reutilizar los productos para que no vuelvan al ambiente en forma de desechos, esto es lo que conocemos como residuo cero, haciendo que el ciclo de vida de estos aumente mediante su reciclaje; para lo cual es importante que la mayoría de los materiales que los componen sean biodegradables.
Sin embargo, no solo es importante reciclar los residuos que generamos, sino también migrar hacia un modelo de economía circular para impulsar la transformación de los sistemas productivos, de esquemas lineales hacia modelos circulares. La economía circular se define como “Sistemas de producción y consumo que promuevan la eficiencia en el uso de materiales, agua y la energía, teniendo en cuenta la capacidad de recuperación de los ecosistemas, el uso circular de los flujos de materiales y la extensión de la vida útil a través de la implementación de la innovación tecnológica, alianzas y colaboraciones entre actores y el impulso de modelos de negocio que responden a los fundamentos del desarrollo sostenible.” (Ellen MacArthur Foundation, 2014).
Dentro de la economía circular, el upcycling está tomando cada vez más fuerza, ya que es una forma de reutilizar y/o readaptar materiales o elementos para generar productos de mayor valor agregado ampliando su vida útil. Una muestra de esto es el proyecto de la empresa Casa Luker, que también apoya el programa Colombia más Competitiva en su esfuerzo por aportar a una mayor competitividad y sostenibilidad de sector privado colombiano. En este sentido, Casa Luker busca desarrollar productos alimenticios a partir de los biorresiduos de cacao que se puedan comercializar a nivel nacional e internacional y que permitan aumentar los ingresos de la comunidad cacaocultora, a la vez que disminuir los residuos de esta industria.
El sector de ingredientes naturales posiciona cada vez mejor su promesa de valor centrada en la biodiversidad y Colombia cuenta con un gran potencial para posicionarse en el mundo como proveedor de bioproductos basados en ingredientes naturales gracias a la gran biodiversidad y variedad de especies endémicas, esenciales en la generación de insumos para las industrias farmacéutica, alimentaria y cosmética.
Cabe destacar la importancia de apoyar a empresas que han decidido optar por este tipo de industria más sostenible; este es el caso del Programa Suizo de Promoción de Importaciones (SIPPO) que ha venido impulsando durante los últimos años a instituciones como la Cámara de Comercio de Bogotá (CCB) y ProColombia, en el desarrollo de iniciativas de promoción de exportaciones, que permitan tener un mayor y más efectivo acceso al mercado europeo.
Teniendo en cuenta las grandes oportunidades, pero también los grandes desafíos del sector para acceder a este mercado, SIPPO ha trabajado en temas como tendencias de consumo y producción, condiciones de acceso, marco regulatorio, principales países destino, elaboración del pitch comercial, búsqueda de compradores, entre otros, lo cual resulta clave dentro del apoyo que ha dado el programa para la participación efectiva en ferias tan relevantes para el sector, como lo es InCosmetics.
Colombia + Competitiva es un programa de apoyo a la Política de Competitividad del Gobierno Nacional. Es una iniciativa de la Embajada de Suiza en Colombia - Cooperación Económica y Desarrollo (SECO), facilitado por Swisscontact. En su mecanismo de cadenas de valor sostenibles trabaja con socios locales, tanto entidades públicas que lideran el desarrollo productivo nacional como son: Min Abiente, Min Agricultura, Min Comercio y Colombia Productiva; como empresas privadas ancla, como son: Casa luker, Sucafina, Innovakit; y agremiaciones de las diferentes cadenas como: la Federación de cafeteros de Colombia, Fedecacao, la Red cacaotera, entre otros.
El Programa Suizo de Promoción de Importaciones (SIPPO) es un mandato establecido de la Secretaría de Estado de Asuntos Económicos (SECO) en el marco de su cooperación al desarrollo económico. Swisscontact ha puesto en marcha este programa desde 2017, y actualmente está en su fase 2 (2021-2025). El objetivo general de SIPPO es que los países en desarrollo y en transición puedan integrarse al mercado mundial.