Onán Espinoza estaba terminando una licenciatura en ciencias policiales cuando un accidente truncó sus planes. Debido a esto tomó la desición de regresar a su comunidad de Marilica, en el municipio de Pespire, Choluteca, Honduras, a manejar una pequeña finca de ganado. La ganadería láctea a pequeña escala es ineficiente y poco competitiva en el país, pero este joven de 24 años, “tuvo leche”, que en la jerga hondureña significa buena suerte.
Participó, junto a una veintena de jóvenes, de un curso sobre procesamiento lácteo que fue organizado por el programa Projoven y el Programa Desarrollo Económico Inclusivo Territorial (DEIT Sur) en donde adquirió conocimientos sobre cómo emprender un negocio.
En el curso de formación, Onán aprendió también a hacer un plan de negocios que presentó a ProJoven y obtuvo un kit de emprendimiento: una descremadora y un molde para queso. Antes, con 30 botellas obtenía 210 Lempiras (US$ 8,35) y ahora procesando crema, queso y requesón consigue 600 Lempiras, casi el triple.
Ahora, los desafíos de este joven son diferentes: “El mayor margen de ganancia me impulsa a procesar más leche, en especial en verano donde la oferta baja 40%", explica Onán.
Actualmente, formó un grupo de ocho jóvenes denominado JOGAPE (Jóvenes Organizados por la Ganadería de Pespire) quienes lograron que la Asociación de Ganaderos de Pespire (AGAPE) les prestara unas instalaciones especiales para el procesamiento, donde procesan tres a cuatro veces a la semana.
El programa ProJoven es auspiciado por Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación COSUDE y ejecutado por Swisscontact que además de apoyar la inserción laboral, contribuye indirectamente al relevo generacional, para garantizar el futuro de la alimentación.