Latinoamérica presenta los mayores índices de urbanización a nivel global. Casi el 80% de la población latinoamericana vive en zonas urbanas y dos tercios de ella vive en ciudades de 20.000 habitantes o más (CEPAL). La contaminación del aire en áreas urbanas de ciudades latinoamericanas es un grave problema. La emisión de partículas y de gases tóxicos han deteriorado progresivamente la calidad del aire en las últimas décadas.
Bolivia no es ajena a esta realidad. El crecimiento acelerado de los centros urbanos va de la mano con el incremento de vehículos motorizados. Desde inicios de este siglo, Bolivia ha triplicado su parque vehicular, incrementándose no solamente la contaminación atmosférica, sino también los accidentes de tránsito y la pérdida de tiempo en los embotellamientos restándole de esta manera calidad de vida a la población y vulnerando el derecho a vivir en un lugar sano y seguro.
El 80% de la contaminación atmosférica proviene de la emisión de gases vehiculares. Como se ha mencionado, la gran mayoría del parque vehicular en circulación tienen más de 16 años de servicio en promedio, son comprados de segunda mano del extranjero y no son sometidos a ningún control de seguridad o de emisiones de gases.
En la década de los 90as el gobierno de Bolivia liberalizó el monopolio del transporte y subsidió los combustibles, lo cual provocó la atomización del servicio público y los transportistas entraron en una competencia feroz, “la guerra de los centavos”, para captar clientela ofreciendo los precios más bajos posibles que redundó en el nulo mantenimiento de los vehículos, la congestión vehicular, mayor polución y muchos accidentes.
Con Aire Limpio, la función de Swisscontact fue la de facilitar los procesos y brindar asistencia técnica, identificar a los actores principales e implementar medidas destinadas a reducir la contaminación atmosférica en las ciudades de Bolivia.
Las actividades se centraron en ayudar a los municipios y al gobierno nacional a completar el marco legal relacionado con la calidad del aire, implementar gradualmente la inspección técnica vehicular y modernizar la movilidad urbana. Aire Limpio también brindó asistencia técnica a los sectores públicos y privados para implementar medidas de prevención y reducción de la contaminación del aire. Este enfoque sistémico permitió que el proyecto dejara capacidades instaladas y saliera del sistema una vez que estuviera funcionando adecuadamente sin crear ningún tipo de dependencia.
Rompiendo la inercia.
Ante este panorama, en el año 2002 la Cooperación Suiza para el Desarrollo (COSUDE) en Bolivia, junto con Swisscontact, evaluaron la situación y propusieron el Proyecto Aire Limpio para Bolivia. La primera fase fue la concientización y establecer redes municipales a nivel nacional de sistemas de control para monitorear la calidad del aire y las emisiones vehiculares (para establecer una línea de base desde la cual se podría empezar a reducir la contaminación) y trabajar con las autoridades para enfrentar este problema. En un principio se decidió trabajar en las ciudades de El Alto, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, y aprovechar el hecho que había proyectos similares en curso en Perú y Ecuador para establecer una red de comunicación e intercambio de experiencias y facilitar aprendizajes.
A lo largo de los años, el equipo de Aire Limpio llevó a cabo diversas actividades que se pueden clasificar de la siguiente manera:
El proyecto Aire Limpio no es meramente un proyecto técnico, sino que es fundamentalmente un proyecto político ya que tanto el transporte como la salud son temas de alta sensibilidad en la población. Aunque al principio hubo una cierta resistencia de algunos sectores políticos y del gremio de los transportistas, poco a poco se consiguió el apoyo decidido de los alcaldes y del gobierno central, en particular del Ministerio del Medio Ambiente y Agua que se convirtió en la contraparte más importante del proyecto hasta el momento. También hay que destacar el papel activo de los ediles municipales que apoyaron el proyecto y hicieron suya esta iniciativa.