El perfil de la juventud masculina y femenina atendida en la segunda fase del programa muestra que la mayoría es menor a los 22 años, con una educación secundaria incompleta y que tiene dificultades de acceso a servicios públicos básicos. Además, gran parte son padres de familia a una edad temprana y cuyos ingresos son un poco inferiores al salario mínimo hondureño de 2022 (L7,408/mes); también se observó que las mujeres recibieron un ingreso inferior al de los varones.