Lucy ha logrado ocupar un nicho específico en el mercado: “Soy la única que cose un tipo especial de túnica que necesita un grupo religioso de la ciudad”. Desde el principio de su formación, Lucy y sus compañeras de clase fundaron su propio grupo de ahorros. En mayo de 2018 los ahorros de Lucy habían aumentado al punto de que pudo comprarse una máquina de coser de 230 francos suizos.
“Yo trabajo al aire libre. Esa fue una decisión estratégica. Así puedo hablar con los clientes que no quieren caminar mucho dentro del mercado. Cuando el clima es malo, sigo trabajando en el pasillo de un edificio que está cerca”, cuenta Lucy. “Yo creo que mi personalidad expresiva, la calidad de mi trabajo y mi posición en el mercado atrae a más clientes. Trabajo duro para cumplir con lo que esperan mis clientes”, añade. Hoy en día Lucy tiene 25 años y cuatro hijos. Cuando hay poco trabajo, Lucy gana unos 50 francos suizos al mes. En un mes bueno en el que abundan los pedidos puede ganar incluso el doble de eso.
El negocio de Lucy sigue prosperando, incluso durante la pandemia. Ha recibido muchos pedidos de organismos internacionales para confeccionar mascarillas. “Le estoy vendiendo mascarillas a la comunidad y a las organizaciones. En un solo pedido logré ganar 975 francos suizos”.
Lucy planea instalar un puesto permanente en la parte delantera del mercado, y ya compró los materiales para eso. Cuando complete la construcción, invertirá en telas, comprará una máquina de coser eléctrica y contratará sus propias empleadas.
Lucy nos explica el proceso de confección de una de sus túnicas.
Como parte del paquete, la túnica se entrega con un pañuelo para la cabeza que es del mismo color de la prenda.