Estudio de caso proyecto Norte de África

A pesar de las numerosas reformas, y de contar con una amplia red de centros de formación, el gobierno tunecino tiene dificultades para enfrentar el desempleo, especialmente en las provincias desfavorecidas. La ineficacia del sistema se debe principalmente a que la oferta de formación profesional no está adaptada, ni en lo cualitativo ni en lo cuantitativo, a las necesidades del mercado económico.

En los nueve años que lleva siendo ejecutado en Túnez, el Programa de Educación y Formación Profesional, financiado por la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), ha tenido como uno de sus principales objetivos mejorar la empleabilidad de los jóvenes, hombres y mujeres, que completan una formación profesional. La clave de su enfoque es diseñar planes de estudio que integren la práctica y que también proporcionen competencias sociales para el desempeño laboral. Con ello se facilita la incorporación al mercado de trabajo.

Ganar el reconocimiento de nuestros socios con resultados

El programa ha logrado resultados sostenibles gracias a la participación de casi todas las instituciones del sector público involucradas en la formación profesional y en la integración al mercado laboral, así como de las asociaciones de empresarios y el sector privado. Gracias a ello, los planes de estudio que ofrece el programa gozan del reconocimiento de todos nuestros socios. Ya están en marcha las iniciativas para ampliar e institucionalizar los planes de estudio y garantizar su sostenibilidad.

Ampliación de la formación técnica y agrícola

La oferta de formaciones especializadas para profesiones técnicas se ha adaptado a las necesidades de las empresas, y cuenta ahora con la certificación y reconocimiento de las diversas asociaciones sectoriales. Por ejemplo, en sectores que requieren mano de obra intensiva, como son la mecánica automotriz y la generación de energía, se han desarrollado nueve formaciones especializadas, con una tasa de inserción laboral del 75% de sus egresados.

Los centros de formación y las empresas agrícolas asociadas se han modernizado para adaptarse a las necesidades locales. El programa ha lanzado tres prometedores modelos piloto de enseñanza, en tres centros de formación agrícola, de la mano de socios públicos y privados.

Empresas de formación para profesiones del sector servicios

El sistema de empresas de formación (lo que en francés se conoce como “entreprises d’entraînement” o “ee”) se inspira en el modelo suizo y ha sido adaptado al contexto local de Túnez. Ofrece formación certificada a partir de prácticas en el lugar de trabajo en diversas ocupaciones del sector de servicios. El programa comprende ocho empresas de pasantía que han facilitado la incorporación laboral en su primer empleo del 85% de los jóvenes certificados. La red de empresas de formación práctica de Túnez (“Réseau des entreprises d’entraînement de Tunisie”, o ReeT) que gestiona el sistema funciona como una cede tunecina reconocida por la red mundial EUROPEN-PEN International.

Además de las intervenciones para profesiones técnicas, agrícolas y de servicios, el programa ha desarrollado tres cursos para la formación de directivos empresariales, así como varias iniciativas de cualificación a corto plazo en las regiones del interior del país.

Ahmed, director técnico en una empresa de neumáticos

“Como director técnico, asumí la responsabilidad de dirigir una formación práctica para los formadores que participarían en la especialización en reparación de neumáticos y geometría de la dirección automotriz. Son servicios que ofrecemos aquí en mi empresa, particularmente el montaje, reparación, balanceo y alineación de neumáticos. Esta formación especializada es la primera de su tipo en Túnez. Representa un sueño hecho realidad, que facilita mucho la integración de nuevos empleados en nuestra empresa. Un joven empleado certificado al que contratamos hace un año es un buen ejemplo: en pocos meses se convirtió en un colega autónomo y muy eficiente que hoy goza de toda nuestra confianza”.

Mahmoud, empleado en una empresa de neumáticos

“Completé mi formación profesional como mecánico automotriz y me matriculé para hacer una especialización en reparación de neumáticos y alineación de la dirección automotriz. Eso me dio una base muy firme en una profesión que me fascina. Con la formación, he aprendido a montar y reparar neumáticos, a trabajar en ellos sin dañarlos, y mucho más. Aprecio todo lo que he logrado aprender con esta formación: los instructores que estaban siempre dispuestos a enseñarnos los fundamentos de esta profesión, el equipo de alta calidad con que nos entrenamos, y también la importancia de conocer los datos técnicos del vehículo o el neumático. Desde que entré a la compañía, hace un año, han evolucionado mis destrezas y mi visión del oficio. En cuatro o cinco meses ya me había independizado y asumía la responsabilidad total de cada vehículo, sin importar el modelo. Las competencias que adquirí durante mi formación me han ayudado mucho. Hoy tengo una relación especial con los clientes. He aprendido a escucharlos y solucionar sus problemas”.

Mohamed, instalador de sistemas de riego

“Como agricultor apasionado, con un título en sistemas de riego del Centro de Formación Profesional Agrícola, empecé a trabajar para una compañía que vendía sistemas de riego, un trabajo que no me satisfacía realmente. En el Centro me informaron que con la ayuda de Swisscontact yo podría formarme como instalador de sistemas de riego, y eso me abriría nuevas oportunidades. La formación me ayudó a ampliar mis conocimientos, pues incluía mucho aprendizaje práctico, y podía disponer del equipo técnico necesario. También terminé un curso introductorio en nuevas tecnologías, como el riego inteligente. Al completar mi formación, volví a la empresa donde había trabajado y puse en práctica mis nuevos conocimientos. Conseguía clientes, elaboraba planos para la instalación de redes, y me encargaba del trabajo in situ, pero eso no se reflejó en un aumento en mi salario. Por eso, decidí independizarme. A pesar de que mis recursos eran limitados, especialmente para poder viajar a las regiones y promocionar mis servicios, pude convencer a los agricultores de Kairouan, e incluso a los de la costa y el norte, para que me confiaran el diseño y la instalación de sistemas de riego por goteo en sus terrenos. Como no tenía recursos para contratar ayudantes, me asocié con dos compañeros que habían completado la formación junto conmigo, y cumplimos con éxito esos proyectos. Para conseguir nuevos clientes, abrí una página de Facebook para mi empresa, contacté compañías que venden sistemas de riego, y notifiqué a la Oficina de Empleo que estoy trabajando como instalador. Mis amigos, la familia y el Centro también me ayudan a darme a conocer”.

Rahma, responsable de marketing

“Cuando decidí unirme a la empresa de formación ‘Tree’, estaba haciendo una pasantía después de terminar mi maestría en investigación de mercados. Me enteré de la formación cuando buscaba empleo en internet. La información y las opiniones que leí en Facebook me convencieron de contactar a la empresa para inscribirme en el curso. No me arrepiento de esa decisión. La formación me dio una visión concreta de todas las tareas del trabajo de marketing. Aprendí a hacer análisis de ventas, a desarrollar estrategias y planes de marketing y a presentarlos. Pero no se trataba solo de tareas técnicas: aprendí que el trabajo en equipo, el intercambio de información, el respeto, saber lidiar con el estrés y los conflictos, eran igualmente importantes. Además contábamos con un equipo de asesoramiento muy profesional y dispuesto, que nos explicaba cómo identificar las necesidades de una empresa, cómo elaborar un CV o cómo redactar una solicitud de empleo. Esta formación me ayudó a conseguir empleo como responsable de marketing. Ahora puedo poner en práctica todo lo que he aprendido y planificar proyectos para mi futuro”.

Chaker, gerente de una empresa de formación (empresa de entrenamiento, o “ee”)

“Empecé a trabajar en una empresa de formación como asesor. En ese entonces yo no sabía de qué se trataba exactamente el trabajo ni si sería algo bueno para mí o no. La formación orientada a la práctica “en el puesto de trabajo” en un entorno que corresponda a la realidad de las empresas tunecinas era un concepto nuevo y diferente al que yo había experimentado en mi experiencia con la formación inicial, continua o para adultos. Para las personas en formación práctica, no se trata de limitarse a cumplir tareas, sino de aprender a ser autónomos, a organizarse, a comunicarse, a trabajar en equipo o con otros departamentos, e incluso a confiar en los demás. En concreto, se trata de tener la oportunidad de acumular experiencia profesional sin temor de ser despedido por cometer un error. Pronto me di cuenta de que no se trataba solamente de dar apoyo técnico a los practicantes: una gran parte tiene que ver con las relaciones y los aspectos humanos. Recuerdo la primera vez que me llamó un practicante que había completado la formación para contarme que había conseguido empleo. Realmente había ayudado a alguien que tenía potencial pero que no sabía cómo aprovecharlo, ¡fue una sensación increíble! Igual que hice con los demás practicantes, le había dado apoyo y consejos, y el aliciente que necesitaba para empezar bien su vida profesional”.

Resultados

En los últimos cinco años, las actividades del proyecto han construido una red activa de instituciones públicas, asociaciones gremiales y socios privados involucrados en la formación profesional y la creación de empleos. Además, se han establecido tres modelos deferentes de formación. Más de 500 empresas del sector privado contratan a su personal a través de estas plataformas. Mediante cursos de formación profesional de larga o corta duración se beneficiaron a 6,335 personas. El 54% de esos beneficiarios son mujeres. Más del 70% ha encontrado empleo por esa vía.