Para esto, se promovió la introducción de variedades en Cañahua y Tarwi más tolerantes a los efectos del cambio climático como también Buenas Prácticas Agrícolas Resilientes (BPAR) que ayuden a ser frente a los problemas detectados en los diagnósticos y líneas base. También, se promovió que las familias de productores fueran capaces de poder guardar o vender mayor cantidad de grano de Cañahua y Tarwi para contar con producto para volver a sembrar o consumir o bien generar recursos para hacer frente a las crisis producidas por el cambio climático. Por último, en este enfoque promovió que las familias consuman mayores cantidades y en diversas formas culinarias estos productos (Cañahua y Tarwi) reconocidos por sus cualidades nutritivas.
El enfoque de seguridad alimentaria también fue abordado por diferentes actividades del proyecto, principalmente en sus componentes de acceso, disponibilidad y uso. Para esto, se realizaron eventos de promoción del uso de estos granos tanto entre las familias de productores como con el público en general, campañas de concursos culinarios en las comunidades y redes sociales y el desarrollo de plataformas de consumo consciente, concursos culinarios en las redes sociales. De eta forma se logró de manera interesante posicionar en el imaginario de los consumidores las bondades nutritivas de estos productos, pero garantizando su acceso a través de las empresas, su uso brindando alternativas culinarias y la disponibilidad generada con los productores de mayor producción a menor costo.
Los modelos de nuevos negocios permitieron desarrollar mayores capacidades en las empresas, favoreciendo este más desarrollo; primero a los productores que pueden vender su materia prima a mejores precios y, en segundo lugar, logrando mayor sostenibilidad con la firma de acuerdos comerciales y una estrategia de provedurismo que les permita ganar tanto a las empresas como a los productores, (enfoque de ganar-ganar). Indirectamente los consumidores de estos productos se favorecen al adquirir alimentos con alto valor nutritivo que les permite mejorar sus dietas y su salud.
El proyecto trabajo en el enfoque intercultural de manera directa con grupos de población indígena campesina de las culturas aimara y quechua, tanto en el Perú como en Bolivia. En el caso boliviano, se promovió la introducción de variedades resilientes de cañahua y tarwi, la transferencia de conocimientos de buenas prácticas agrícolas resilientes para la producción, cosecha, post cosecha, almacenamiento y venta de excedentes, la diversificación de las dietas alimenticias a nivel local y familiar en base a cañahua y Tarwi, y la consolidación de alianzas estratégicas comerciales con tres Pyme transformadoras; todo ello con 609 familias indígenas campesinas aimaras en los municipios de Jesús de Machaca y Caquiaviri, del departamento de La Paz, y 489 familias indígenas campesinas quechuas en los municipios de Anzaldo y Acasio, de los departamentos de Cochabamba y Potosí respectivamente.
En el caso del Perú, la revalorización de los saberes ancestrales vinculados a la producción, cosecha, post cosecha, almacenamiento y venta de excedentes, la diversificación de las dietas alimenticias a nivel local y familiar en base a cañahua y Tarwi y la articulación vertical de las cadenas de valor en términos de productores, transformadores y consumidores; fue realizada con 601 familias indígenas campesinas aymaras de los municipios de Zepita, Yunguyo y Copani de la región de Puno. En ese sentido, los co-ejecutores del proyecto desarrollaron la totalidad de sus intervenciones, presenciales e incluso virtuales, en idioma originario, es decir en aymara y quecha. De igual manera, muchos de los materiales de difusión y capacitación, principalmente audiovisuales (cuñas radiales), fueron elaborados en idioma nativo.